El Códice de Pray

 

El célebre investigador inglés Ian Willson, que como vimos con sus investigaciones sobre los iconos consigue salvar el bache histórico entre la Sábana de Turín y el Mandylion de Edesa-Constantinopla, en su último libro La Sangre y la Síndone presenta un muy importante documento que, entre otras cosas demostraría que la Síndone era conocida antes de 1192, en este caso en forma inequívoca. Se trata del manuscrito llamado Codice de Pray, hallado en Budapest, que entre otras ilustraciones exhibe el momento en que el emperador Manuel Comneno presenta el Mandylion a los diplomáticos húngaros que visitaban su palacio para negociar un posible matrimonio entre el hijo del rey de Hungría y su hija.  Un artista anónimo ilumina el libro con un grabado de la sepultura de Jesucristo, envuelto en una sábana que tiene detalles únicos y coincidentes con la Sábana de Turín. Uno es que las manos de Jesús no muestran los dedos pulgares, que tampoco se ven en la Síndone, y que los fisiólogos explican fácilmente como consecuencia de que los clavos en las muñecas del Hombre de la Sábana al interesar el nervio mediano, que es sensitivo y motriz, provocan la contracción inexorable de los pulgares.  

Pero otra característica -ésta determinante- son cuatro figuras formadas cada una por cuatro marcas que conforman una L mayúscula. Estas marcas están también presentes en el lugar correspondiente en la Sábana de Turín  y son aparentemente quemaduras consecuencia de un incendio desconocido, que algunos atribuyen a una ordalía o juicio de Dios, practicado en la Edad Media para probar su autenticidad. Estas marcas son anteriores al incendio de 1532 porque aparecen pintadas en la célebre reproducción de la Síndone atribuida a Alberto Durero que se conserva en Lier, Bélgica, la que no tiene las dos líneas paralelas de quemaduras de dicho incendio.

La fecha del manuscrito de Pray es bien conocida: 1192, o sea, que mucho antes de la datación por el C14, 1260-1390, la Síndone existía y era conocida, lo que prueba irrefutablemente que el análisis con el C14 es erróneo.